Las diez mejores novelas de ciencia ficción militar

Aunque la sci-fi la dominan franquicias como Star Wars o Star Trek, hay una importante variedad de subgéneros, como las distopías, el cyberpunk o los apocalipsis pandémicos, que la enriquecen más allá de las típicas space opera que suelen llevarse a la gran pantalla. Una de ellas es la ciencia ficción militar, un subgénero que no siempre ha contado con prestigio ni grandes adaptaciones cinematográficas.

La ciencia ficción militar engloba, en esencia, universos en los que hay dos o varias facciones en guerra, o a punto de estar en guerra, y en el que los protagonistas forman parte de algún tipo de fuerzas armadas. A veces otros subgéneros tienen algo de ciencia ficción militar, y viceversa.

La falta de prestigio que comentábamos ha llevado a que algunas de las mejores novelas de ciencia ficción militar de todos los tiempos están descatalogadas, y otras no tienen siquiera una traducción al español. Te ofrecemos una lista con las mejores obras de este fascinante subgénero y con alguna que, aunque no sea ciencia ficción militar pura y dura, sin duda alguna le debe mucho.

El juego de Ender, de Orson Scott Card

En el año 2070 la humanidad se encuentra enfrentada a una civilización alienígena llamada los insectores, llamados así por su parecido con los insectos. Tras dos ataques de estos seres que casi exterminan a los humanos, estos se preparan para rechazar una posible futura invasión.

Con este telón de fondo se presenta la que no sólo es una de las mejores novelas de ciencia ficción militar, sino que es uno de los mejores libros de todos los subgéneros de la ciencia ficción. Es uno de los más leídos y recomendados del género, ostenta premios como el Hugo y el Nébula y cuenta con una adaptación cinematográfica.

El juego de Ender es el primero de una saga de cinco libros. En este conocemos a Ender, un niño prodigio que es enviado a una escuela militar para convertirse en el mejor comandante de todos los tiempos. De fondo el lector compone poco a poco el mosaico de esta sociedad del futuro, en una novela que se centra mucho en el aspecto psicológico de algunos temas clásicos de la ciencia ficción militar.

Ender sonrió. Era él quien había inventado la forma de enviar mensajes y hacerlos desfilar; aunque su enemigo secreto le llamara de todo, el método de envío se debía a él. No era culpa suya ser un Tercero. Había sido idea del gobierno. Ellos eran los que habían dado permiso. ¿Cómo si no podía haber ido a la escuela un Tercero como Ender? Y ahora el monitor no estaba. El experimento titulado Andrew Wiggin había fracasado después de todo. Estaba seguro de que, si pudieran, rescindirían la excepción que le había permitido nacer. «Como ha sido un fracaso, borremos todo el experimento.»

El juego de Ender

El juego de EnderOrson Scott CardTapa dura. 376 páginas. Alfaguara.Comprar

La guerra de los mundos, de Herbert George Wells

Es uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción y considerar que es parte del subgénero militar es atrevido. De hecho, fue escrita muchas décadas antes de que nadie empezara escribir sobre el futuro con una clara mirada bélica. No obstante, debemos considerarla una de las raíces de este subgénero y por eso hemos decidido incluirla en la lista.

En La guerra de los mundos es la primera vez en la literatura que se describió una invasión marciana. El protagonista anónimo narra cómo los marcianos enviaron artefactos desde su planeta y, poco a poco, comenzó a desarrollarse la invasión.

Fue todo un éxito desde que se publicó, y la adaptación que en 1938 hizo Orson Welles para la radio, que generó alarma social, no hizo más que mantener viva la popularidad de la novela. También ha contado con diferentes adaptaciones a la gran pantalla y ha inspirado a los autores de distintos subgéneros de la ciencia ficción, siendo la primera que planteó un gran conflicto entre la humanidad y extraterrestres.

Luego llegó la noche en que cayó la primera estrella. Se la vio por la mañana temprano volando sobre Winchester en dirección al este. Pasó a gran altura, dejando a su paso una estela llameante. Centenares de personas deben haberla divisado, tomándola por una estrella fugaz. Albin comentó que dejaba tras de sí una estela verdosa que resplandecía durante unos segundos. Denning, que era nuestra autoridad máxima en la materia, afirmó que, al parecer, se hallaba a una altura de noventa o cien millas, y agregó que cayó a la Tierra a unas cien millas al este de donde él se hallaba.

La guerra de los mundos

La guerra de los mundosHerbert George WellsTapa blanda. 240 páginas. Anaya.Comprar

Escuadrón, de Brandon Sanderson

Brandon Sanderson es uno de los escritores de fantasía y ciencia ficción más prolíficos y reconocidos de la actualidad, su firma siempre es garantía de calidad y buen entretenimiento. Precisamente su última saga, todavía inconclusa, es de ciencia ficción militar.

En Escuadrón (que también da nombre a la saga), Sanderson presenta a Spensa, una joven que quiere ser piloto en un mundo amenazado por unos alienígenas que quieren destruir a la humanidad. En este mundo amenazado, los pilotos son los únicos dispuestos a dar lo que haga falta para salvar a la raza humana. Aunque Spensa no podía ser piloto, un repentino ataque alienígena hace que se requieran voluntarios, con lo que seguiremos los pasos de nuestra protagonista en el escalafón militar. La segunda entrega de la saga es Estelar.

Solo los necios subían a la superficie. Mi madre siempre decía que era una estupidez ponerte en peligro de ese modo. No solo estaban las casi constantes lluvias de escombros que caían desde el cinturón de cascotes, sino que además nunca se sabía cuándo iban a atacar los krells.
Por supuesto, mi padre ascendía a la superficie casi a diario. Como piloto, era su obligación. Supongo que, según la definición de mi madre, eso lo volvía pero que muy estúpido, pero yo siempre lo había considerado pero que muy valiente.

Escuadrón

EscuadrónBrandon SandersonTapa blanda. 528 páginas. Nova.Comprar

Soldados del multiverso, de José Pérez Quintero

En este mundo la humanidad ha descubierto una nave oculta en una luna de Júpiter. Gracias a este hallazgo alcanzó un alto nivel de prosperidad y accedió a universos paralelos. En este multiverso, Sílax, un cabo, tiene por misión mantener la paz en las realidades paralelas conquistadas por Tierra Origen, un cometido que revelará una verdad oculta durante siglos.

Esta premisa sirve a José Pérez Quintero para llevarnos de la mano en una apasionante aventura con infinitas posibilidades. La gran acogida de la novela ha traído una segunda entrega, Guerreros del Pasado, y promete completar una de las sagas más vendidas y mejor valoradas del panorama actual de la ciencia ficción militar.

Otra guerra más, otra muerte más. Algún burócrata, sentado tras su mesa, había decidido que necesitábamos paliar la carencia de metal pesado que trajo consigo la nefasta campaña militar de Tierra tres cuatro ocho. Y había estampado su huella de sinapsis por nacimiento en un documento, dando validez a una nueva carnicería. Aquellos desgraciados no tenían manera posible de defenderse. No sentía pena por ellos, puesto que me habían borrado cualquier rasgo de empatía hacia el enemigo. Comprendía las nociones del bien y del mal, las consecuencias de mis actos, pero no procesaba ninguna emoción al respecto, tan solo la apatía por una nueva campaña sin interés alguno.

Soldados del Multiverso

Soldados del MultiversoJosé Pérez Quintero.Tapa blanda. 182 páginas. CreateSpace.Comprar

La guerra interminable, de Joe Haldeman

Estamos aquí ante uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción militar, tanto que debería ser una obra fija en cualquier estantería de los amantes del género. Haldeman consiguió en esta novela construir no sólo una trama interesante, sino que exploró, de forma muy interesante, algunas preguntas aplicables a mundo en que vivimos.

En el libro, la humanidad lleva siglos en guerra con los taurinos, una raza alienígena. Los soldados viajan muy lejos a velocidades cercanas a la luz, lo que genera una distorsión temporal. Haldeman juega de este modo con la relatividad temporal (algo parecido a lo que hace Nolan en Interstellar). Las tropas viajan, luchan unos meses y vuelven a la Tierra, donde han pasado años.

De este modo el autor explora el desarraigo que sientan los soldados al volver a sus sociedades de origen, a las que no reconocen. También se ve cómo esta sociedad, que mientras los soldados luchan ha avanzado, no entiende que los veteranos no se adapten a una forma de vida mejor que la que dejaron atrás. Algunos opinan que se trata, en parte, de una visión muy personal del autor, ya que luchó en Vietnam, una guerra en la que este rechazo mutuo entre veteranos y sociedad fue patente y particularmente fuerte.

El viaje duró tres semanas; la mitad del trayecto acelerando a dos gravedades, para desacelerar en la otra mitad. Nuestra velocidad máxima, al pasar junto a la órbita de Plutón, fue de un vigésimo de la luz, es decir, insuficiente para que la relatividad levantara su complicada cabeza.

No es ninguna juerga llevar un peso dos veces mayor que el normal. Hacíamos un poco de ejercicio tres veces por semana y permanecíamos acostados cuando nos era posible. Así y todo hubo varios casos de huesos rotos y miembros dislocados. Los hombres tenían que usar soportes especiales para no esparcir sus órganos por el suelo. Era casi imposible dormir: pesadillas en que uno se ahogaba o perecía aplastado; además había que girarse de vez en cuando para evitar hemorragias y cardenales. Una muchacha llegó a tal extremo de agotamiento que estuvo a punto de dormirse mientras una costilla le perforaba la carne

La guerra interminable

La guerra interminableJoe HaldemanTapa blanda. 304 páginas. B De Bolsillo.Comprar

El despertar del Leviatán (The Expanse 1), de James S.A. Corey

Poco se puede decir de The Expanse, una de las sagas de ciencia ficción de moda con una fantástica adaptación en TV que le ha dado, si cabe, más fama. Quizás alguno se pregunte qué hace en esta lista, ya que es cierto que se podría catalogar como un space opera de toda la vida.

Pasa el corte de las clásicas aventuras espaciales con romances de por medio y una trama que te mantiene enganchado. En este primer libro de la saga The Expanse se presenta al protagonista, James Holden, y cómo acaba liderando una pequeña tripulación que se ve inmersa en una escalada de las hostilidades entre la Tierra, Marte y los cinturonianos (habitantes de los asteroides entre Marte y Júpiter).

Pero la saga The Expanse es más que eso, también es un thriller político y, por supuesto, ciencia ficción militar. Aunque quizás el space opera es el género más presente, Corey ha sabido enriquecer mucho su universo metiéndose en otros subgéneros. A lo largo de los libros entran protagonistas que nos trasportan directamente a la ciencia ficción militar, como Bobbie. Del mismo modo, es ciencia ficción dura (trata de ser científicamente plausible) pero a veces es blanda. En definitiva, el autor se mueve como pez en el agua por el abanico de posibilidades que tiene, y por eso se ha convertido en una saga tan exitosa.

Ciento cincuenta años antes, cuando las desavenencias provincianas entre la Tierra y Marte casi desembocaron en una guerra, el Cinturón era un horizonte lejano muy rico en minerales pero fuera del alcance económico, y los planetas exteriores eran inalcanzables hasta en los más desbocados sueños corporativos. Fue entonces cuando Solomon Epstein construyó su pequeño motor de fusión modificado, lo montó en la parte trasera de su nave para tres personas y lo encendió. Con una buena mira podría haberse visto la nave viajando a un porcentaje marginal de la velocidad de la luz hacia el vacío. Se convirtió en el funeral más destacado y largo de la historia de la humanidad. Por suerte, había dejado los planos en su ordenador personal. El motor Epstein no consiguió acercar la humanidad a las estrellas, pero sí a los planetas.

El despertar del Leviatán

El despertar del LeviatánJames S.A. CoreyTapa blanda. 608 páginas. Nova.Comprar

La vieja guardia, de John Scalzi

En un mundo en que la humanidad mantiene varias guerras con diferentes civilizaciones alienígenas, algunos ancianos se presentan voluntarios para luchar. Gracias a los avances en ingeniería genética, se les da un cuerpo joven basado en su ADN. Así, pueden elegir seguir siendo útiles para la sociedad ofreciendo sus últimos años de vida en el ejército.

El día que cumplí setenta y cinco años, hice dos cosas. Visité la tumba de mi esposa y me enrolé en el ejército.

Eso es justo lo que hace el soldado John Perry, protagonista de esta fascinante novela. Desde su publicación en 2005, se ha convertido en uno de los mejores libros de ciencia ficción militar, e incluso en uno de los grandes de todo el género. Tal ha sido el éxito que el autor ha continuado escribiendo hasta formar una imponente saga.

La vieja guardia

La vieja guardiaJohn ScalziTapa blanda. 304 páginas. Booket.Comprar

Bill, héroe galáctico, de Harry Harrison

En la ciencia ficción militar hay espacio para tomarse las cosas en serio, y también para tomársela con humor. Es lo que hizo Harry Harrison con esta sátira, que se ha convertido en todo un clásico del subgénero, una crítica al militarismo que se ha seguido reeditando desde 1965.

Bill es, en este caso, un campesino que es llamado a filas obligatoriamente por un imperio corrupto y decadente para combatir contra unos alienígenas que recuerdan a reptiles. En clave satírica, veremos cómo Bill vive todo tipo de experiencias en el campo de entrenamiento y en la guerra, un telón de fondo que sirve a Harry Harrison para criticar los totalitarismos y el militarismo.

Bill, héroe galáctico

Bill, héroe galácticoHarry HarrisonTapa blanda. 176 páginas. Gigamesh.Comprar

La penúltima verdad, de Philip K. Dick

Aquí estamos ante otro de los clásicos de la ciencia ficción militar. Tan pronto como en 1964 Philip K. Dick ya demostró que el subgénero podía dar para mucho e ir más allá del clásico patrón bélico, ese tan habitual de protagonista joven que cuenta su experiencia de combate.

En La penúltima verdad la humanidad vive confinada en factorías subterráneas, han pasado 15 años desde que estalló la tercera guerra mundial y se evita salir al exterior para evitar la radiación. Debido a un contratiempo, el presidente de una de esas factorías, Nicholas Saint-James, tiene que salir a la superficie y, tras un accidentado encuentro con dos robots, descubrirá que las cosas no son como se las han contado a todos.

Fuera, la niebla había triunfado plenamente. Con una rápida mirada de reojo vio que lo cubría todo y llegaba hasta la ventana de su biblioteca. Bien, se dijo; al menos nos hemos quedado sin otra de esas puestas de sol tan radiantes, debidas a las partículas radioactivas en suspensión, que parece que van a durar toda la eternidad.

La penúltima verdad

La penúltima verdadPhilip K. DickTapa blanda. 320 páginas. Planeta.Comprar

Tropas del espacio, de Robert A. Heinlein

Cerramos la lista con otro de los clásicos, la novela que dio origen a la ciencia ficción militar en 1959 y que le valió a Heinlein el premio Hugo. Por desgracia, ahora mismo sólo se encuentra en versión Kindle, y es un claro ejemplo de lo que apuntábamos al principio: el subgénero no es de los más prestigiosos, y especialmente esta novela.

Heinlein dio forma a un universo en el que la humanidad combate contra los bichos, una raza alienígena insectoide, algo que conocemos a través de los ojos de Johnny Rico, el protagonista. La novela generó, y todavía lo hace, bastante controversia, y es que se ha acusado de casi todo a Heinlein: militarista, fascista, racista… En el libro, los humanos se sienten muy superiores a los bichos, el gobierno parece una especie de totalitarismo fascista y hay una gran cantidad de testosterona militar.

Estuviese el autor más o menos convencido de las ideas de esa sociedad del futuro (a fin de cuentas, es ficción), Heinlein sentó las bases de la ciencia ficción militar, y la lectura de Tropas del espacio es muy entretenida y casi obligada para los fans del subgénero. Muchos de los que han venido después, tanto en literatura como en cine, series y videojuegos, han bebido directa o indirectamente de esta obra.

Siempre tiemblo de pánico antes de una bajada. Me han puesto las inyecciones, claro, y he recibido preparación hipnótica, y lo lógico es que no pueda tener miedo de verdad. El psiquiatra de la nave ha comprobado mis ondas cerebrales, me ha hecho unas preguntas estúpidas mientras estaba dormido y dice que no es miedo, que no es nada importante; que es como el temblor de un caballo de carreras esperando impaciente en el cajón de salida. Sobre eso no podía decir nada; nunca he sido un caballo de carreras. Pero lo cierto es que me muero de miedo, siempre.

Tropas del espacio

Tropas del espacioRobert A. HeinleinTapa blanda. 288 páginas. Solaris.Comprar

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