Quince libros de arte contemporáneo que ayudan a entenderlo

La selección de libros de arte contemporáneo de esta lista intenta acercar, tanto a defensores como a escépticos, a un tema que no es fácil de entender, por la cantidad de variantes que encierra y porque trajo consigo una revolución que cambió para siempre el concepto de arte.

En la historiografía del arte, cuando se habla de contemporáneo, se hace referencia a las obras realizadas durante el siglo XX, pero en realidad contemporáneas son las que hacen los artistas vivos. Por eso las primeras etapas de esta «revolución» se engloban en el llamado arte moderno que empezó a fraguarse durante los últimos años del siglo XIX.

Durante más de siglo y medio se sucedieron los cambios que han hecho posible el arte de nuestros días. Cambios que podrás comprender mejor gracias a los libros que recomendamos a continuación, entre los que hay miradas claras y desmitificadoras sobre este apasionante mundo. En esta lista encontrarás las respuestas a muchas de tus dudas, y quizás descubras una nueva pasión.

Libros de historia y ensayos de arte contemporáneo

¿En qué momento arranca la revolución que acabó con los cánones y la estética del clasicismo? ¿Quienes fueron los pioneros y cuáles fueron las causas? ¿Cómo ha sido la evolución que llega a nuestros días? A éstas y a otras muchas preguntas responden historiadores, filósofos y críticos de arte, para ayudarnos a descifrar un mundo que a veces se antoja inextricable.

¿Qué estás mirando? de Will Gompertz

Will Gompertz está considerado una autoridad en arte moderno y contemporáneo. Director de arte de la BBC, y exdirector de la Tate de Londres, cuya visita recomiendan aquí, recorre por las casi quinientas páginas de este libro los últimos ciento cincuenta años de la historia del arte.

No es, en absoluto, un aburrido recorrido académico, cualquiera que esté interesado en el arte y quiera saber qué tiene exactamente delante ante una obra colgada en un museo de arte contemporáneo, tiene en este libro un amigo, un guía que desmitifica y acerca los intrincados caminos de las manchas y las líneas.

Es un libro que servirá tanto a los convencidos como a los escépticos, uno de los libros de arte contemporáneo que resulta imprescindible. Y lo es porque borra prejuicios sin reverencias ni contemplaciones. Cuando lo leas, te aseguramos que verás con otros ojos muchas de las obras que antes te parecían inaccesibles, o pensabas que eran una tomadura de pelo.

Yo no creo que sea una farsa. El arte moderno, que se extiende desde 1860 hasta 1970, y el arte contemporáneo (que suele considerarse el que producen los artistas vivos) no es una prolongada broma gastada por unos pocos a un público crédulo […] Solo un estúpido rechazaría el genio de Pablo Picasso, Paul Cézanne, Barbara Hepworth, Vincent van Gogh o Frida Kahlo. No hace falta ser músico para saber que Bach era capaz de escribir música o Sinatra de interpretarla.

Modos de ver, de John Berger

En 1972, el crítico de arte John Berger, dirigió un programa de televisión en la BBC titulado “Ways of Seeing”, o “Modos de ver”, programa que revolucionó la manera que tenemos de mirar el arte y de interpretarlo. Básicamente, enseñó al público a ver el arte “con otros ojos”.

Aquellos programas se convirtieron en un libro de referencia para toda una generación de historiadores del arte. La tesis fundamental de la obra es que hay distintos modos de ver y que cada uno afecta a la forma de interpretar. Medios como la fotografía, el cine o la publicidad, cambiaron para siempre nuestra relación con una obra de arte y, por tanto, según Berger, no se puede seguir defendiendo una historia del arte puramente académica, como la que propuso Gombrich.

Sin embargo, cuando se presenta una imagen como una obra de arte, la gente la mira de una manera condicionada por toda una serie de hipótesis aprendidas acerca del arte. Hipótesis o suposiciones que se refieren a: La belleza – la verdad – el genio – la civilización – la forma- la posición social – el gusto, etc.

Si no lo has leído, léelo, te ayudará a cuestionarte muchas cosas que das por sabidas, y otras en las que ni siquiera habías pensado.

Con los ojos bien abiertos, de Julian Barnes

Esta es una propuesta que encierra un interesantísimo y estimulante paseo, centrado en la pintura, que va del Romanticismo a los movimientos postimpresionistas. En él encontrarás artistas como Delacroix, Courbet, Manet, Fantin-Latour, Cézanne, Degas, Odilon Redon, Bonnard, o Braque.

Un paseo deslumbrante, y maravillosamente escrito, que el autor cierra con algunos ensayos sobre las paradojas visuales de Magritte, las esculturas blandas de Oldenburg, el realismo crudo de Lucien Freud y el derroche de color de Howard Hodgkin.

El británico Julian Barnes es uno de los grandes escritores actuales de su país, que ha demostrado largamente su pasión por la cultura francesa. Un ejemplo de esto que decimos es el delicioso El loro de Flaubert, o el capítulo que le dedicó en Una historia del mundo en diez capítulos y medio a La balsa de la medusa.

Si te quieres hacer un regalo, o hacérselo a alguien, que llene unas horas de tu vida de arte, exquisitez, inteligencia y sensibilidad, no lo dudes, este es, entre los libros de arte contemporáneo que aquí recomendamos, una delicatessen.

Te llevará al París de finales del siglo XIX y principios del XX, para ofrecerte su contagioso entusiasmo por el arte y por aquella ciudad inolvidable. Además de cautivadoras anécdotas, encontrarás en sus páginas interesantes conexiones entre literatura y pintura, y conocerás los motivos que hicieron posible el arte moderno y el contemporáneo.

Y lo que es mejor, en sus páginas hay una ausencia total de cualquier agobiante corsé académico. Lo que derrocha es, como hemos dicho, un entusiasmo que le lleva a declarar que «el arte no solo capta y refleja la excitación, la emoción que encierra la vida. A veces va incluso más allá: el arte es esa emoción».

Arte y cultura, de Clement Greenberg

Arte y Cultura es uno de los libros de arte contemporáneo más influyentes y necesarios para entender el intrincado camino del arte desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX. Su autor, el crítico norteamericano Clement Greenberg, lo fue; influyente y necesario.

Influyente para el mundo de la crítica posterior a él. Necesario para el espectador, porque su labor como crítico de arte alejado del academicismo, convierte al espectador en parte activa de lo que ve: «el mejor arte sólo puede ser aquel que cada uno considere el mejor».

El collage fue un factor crítico para la evolución del cubismo y, por lo tanto, en la evolución general del arte moderno de este siglo. Todavía no se ha determinado con precisión quién lo inventó, si Braque o Picasso, ni cuándo. Ambos artistas se abstuvieron de fechar y firmar la mayor parte de las obras que hicieron entre 1907 y 1914; y ambos pretenden, o insinúan, que el primer collage fue obra suya[…] Sin embargo, esa cuestión de la prioridad es mucho menos importante que la de los motivos que indujeron por primera vez a uno u otro artista a empastar o embutir un trozo de material extraño en la superficie de un cuadro.

Polémico, brillante, apasionado por la pintura y comprometido con el movimiento de arte moderno norteamericano. Fue amigo y apoyo imprescindible de Jackson Pollock y otros miembros de la llamada Escuela de Nueva York. Durante generaciones fue el punto de referencia de la crítica en el mundo del arte.

Arte y cultura es una selección de artículos, que abre con Vanguardia y kitsch y se pasea por el París de Monet, Cézanne, Picasso, Braque, Chagall, etc; y sobre arte en general, para recalar después en el arte de EEUU, y acabar con cuatro magníficos artículos sobre literatura en los que se pasea por las obras de T.S: Eliot, Kafka o Bertolt Brecht.

La Historia del Arte, de E.H.Gombrich

Ya recomendamos este libro en un artículo sobre el Renacimiento. Lo traemos aquí porque es un clásico para entender cualquier época de la historia del arte, un libro de referencia. Puramente académico, sí, pero necesario para saber la evolución de la humanidad a través del arte de todos los tiempos.

Al fin y al cabo el arte de cada época es un retrato fiel de los acontecimientos que afectaron a la sociedad. Y Gombrich es un maestro en hilar épocas, artistas y acontecimientos con las obras que surgieron en cada momento y por qué. El capitulo 27, que tituló Arte Experimental, comienza así:

Cuando la gente habla de arte moderno piensa generalmente en un tipo de arte que ha roto por completo con las tradiciones del pasado y que trata de realizar cosas que jamás hubiera imaginado un artista de otras épocas. A algunos les gusta la idea del progreso y creen que también el arte debe marchar al paso del tiempo. Otros prefieren la frase del «feliz tiempo pasado» y creen que el arte moderno no vale nada. Pero ya hemos visto que la situación es mucho más complicada, y que el arte moderno, del mismo modo que el antiguo, ha surgido como respuesta a ciertos problemas concretos. Los que deploran la ruptura con la tradición, tendrían que retroceder más allá de la Revolución francesa de 1789, y pocos son los que creerían que esto fue posible. Fue entonces cuando los artistas comenzaron a tener conciencia de los estilos y a investigar y emprender nuevos movimientos, que por lo general produjeron un nuevo ismo como grito de batalla,

Tienes, al final, mapas de las distintas épocas y unas tablas cronológicas que te ayudarán a entender el puzzle que componen los hitos históricos y los artistas más famosos que trabajaban en cada momento.

Si te interesan el arte y la historia, para poder seguir el hilo que une todos los tiempos, este es un libro que no puede faltar en tu librería.

Arte moderno, de Hans Werner Holzwarth

La aventura del arte moderno surgió en París, en la década de 1870. Fue un grupo de artistas, los impresionistas, quienes, negándose a seguir representando ampulosas escenas históricas, heroicas o religiosas, empezaron a hacer arte retratando con pinceladas rápidas e imprecisas la vida cotidiana. Al no admitirlos en el círculo tradicional de los galeristas, que tenían la última palabra, organizaron sus propias exposiciones. ¡Qué osadía!

A pesar del escándalo que produjo su actitud, nada pudo detener aquel extraordinario desafío que provocó una sucesión, en cascada, de movimientos artísticos, basados en algo tan esencial para ellos como la libertad del artista: postimpresionismo, simbolismo, expresionismo, futurismo, dadaísmo, arte abstracto, surrealismo, expresionismo abstracto, pop art, arte conceptual, etc.

Este es un libro imprescindible que explica, con un acertado análisis introductorio, la fuerza imparable del arte moderno desde 1870 hasta 2000. Hans Werner Holzwarth enumera, año a año, las más revolucionarias obras de arte, las que rompiendo todas las barreras, amenazaron y vencieron las normas establecidas.

Te recomendamos su lectura si quieres entender el largo proceso de estos cambios, pues te ayudará a distinguir el trigo de la paja. Su autor describe con detalle las obras, y a sus creadores, y hace reseñas muy claras de los movimientos más relevantes e influyentes.

Grandes mujeres artistas, de VV.AA.

En una lista de libros de arte contemporáneo no podía faltar este, porque en sus páginas se encuentra reflejado el trabajo de muchas mujeres artistas. Desde las más conocidas como la barroca Artemisia Gentileschi, a la impresionista Mary Cassatt, o Georgia O’Keeffe, Frida Kahlo, Louise Bourgeois, Yayoi kusama, o la fotógrafa contemporánea Cindy Sherman, entre otras, junto a otras menos conocidas pero con historias y obras más que interesantes.

La idea de los autores es contextualizar la vida y la obra de estas mujeres a través de un análisis minucioso de alguno de sus trabajos. El libro transita por la obra de artistas españolas como la cubista María Blanchard, la contemporánea Cristina iglesias, la barroca Luisa Roldan o la surrealista Remedios Varo.

Cruza el Atlántico para retratar a las latinoamericanas Marta Minujin, Eileen Agar, Mika Rottenberg, Amalia Ulman, Liliana Porter, Olga de Amaral, Doris Salcedo, Ana Mendieta, o Zilia Sanchez.

¿Muchas no te suenan, verdad? Cambiar eso es la reivindicación que busca este libro, y darle luz a la presencia femenina en el mundo del arte.

Las palabras de los artistas

Diarios, cartas, entrevistas, escritos de muy diversa índole, los libros de arte contemporáneo que recomendamos a continuación son palabra de artista. ¿Quién mejor que ellos para acercarnos a sus emociones, sus motivos, sus métodos, sus delirios y sus sueños, para que entendamos su obra?

Diario de un genio, de Salvador Dalí

Diario de un genio se desarrolla entre 1952 y 1964, y descubre a un Dalí cotidiano, auténtico, que se contempla con placer ante un espejo para hacerse un autorretrato con palabras. Pero ese reflejo va mucho más allá del personaje extravagante que alimentó, en él aparecen las grandes cuestiones que se mueven por el pensamiento del genio que él siempre supo que era.

Las páginas de este diario están llenas de humor, inteligencia y libertad. «El retrato que hace de sus contemporáneos es fulgurante, a veces respetuoso, otras demoledor, siempre irónico. Y, por encima de todo ello, las peripecias espirituales de un artista que lleva la conciencia de su arte hasta el paroxismo y los límites de la locura -sin los cuales no hay auténtica aventura- y una vida convertida ella misma en obra de arte, en continuo espectáculo, en incesante invención».

Pero antes de abrir sus páginas piensa que Dalí era surrealista, este diario, por lo tanto, también lo es.

Cartas a Theo, de Vincent Van Gogh

Las Cartas a Theo se pueden considerar una biografía de Vincent Van Gogh, del artista y del hombre, pero además, son una confesión estética que ayuda a entender mejor la obra de este creador único. Cartas a Theo es un libro imprescindible para conocer a fondo su obra y su personalidad.

Vincent le envió a su hermano Theo la friolera de unas novecientas cartas, de las que su cuñada publicó esta selección. Fueron dieciocho años de misivas, que, con un lenguaje fraternal, van desgranando su evolución como artista en los diez años en que se dedicó exclusivamente a pintar, su gran pasión, por la que no le importaba vivir en la miseria.

No preocuparse, y esperar un día u otro librarse de la miseria: ¡pura ilusión! Yo me consideraría muy dichoso trabajando por una pensión mezquina, y la tranquilidad en mi taller, toda la vida.

Sus páginas están llenas de recomendaciones de libros, opiniones sinceras sobre otros pintores, su predilección por algunos, reflexiones sobre el uso del color, su recorrido por Francia hasta llegar a la Provenza (aquí tienes una selección de sus museos) y el reflejo de estos lugares en los colores de su paleta, o su tempestuosa relación con Paul Gauguin.

Leer estas cartas es adentrarse en la personalidad de un autor brillante, único, fiel a sí mismo, comprometido siempre con lo que hacía hasta extremos inimaginables. Es también conocer de verdad a un hombre cuya realidad va más allá de la fama de perturbado y conflictivo que le precede.

Las cartas son, en todo caso, una oportunidad para tener una visión completa del hombre y del artista. Un lujo que además ayuda a entender la evolución del impresionismo y cómo su pintura (que sólo fue reconocida después de su muerte) influyó de manera decisiva en el arte del siglo XX, especialmente entre los expresionistas alemanes y los fauvistas como Matisse, Derain, Vlaminck y Kees Van Dongen

Giacometti y Yanaihara, de Sachiko Natsume Dubé

Otra delicatessen entre los libros de arte contemporáneo de esta lista, un tesoro que ha estado mucho tiempo inaccesible a los lectores de habla española. Subtitulado Trabajo como una mosca que es la forma en la que Giacometti definía como se enfrentaba a su arte. «O, mejor dicho y sin hablar de arte, a su lucha por representar simplemente lo que tiene ante sí».

Alberto Giacometti atravesó en los años cincuenta una crisis que se dio en llamar «la crisis Yanaihara». Una crisis que llevó al artista a cuestionarse que sentido tenía seguir haciendo arte ante la imposibilidad de hacer lo que quería hacer: pintar a Yanaihara, un profesor de filosofía japonés, especialista en el trabajo de Genet, Camus y Sartre.

Yanaira pasó varios veranos en París, donde conoció a Giacometti, y posó durante doscientos veintiocho días para él, relatando después, con todo detalle, las sesiones y las charlas que vivió con el artista.

La autora de este precioso libro, Sachiko Natsube-Dubé, explica en qué consistió esa crisis, y lo hace basándose en tres fuentes; la más importante de las cuales es Giacometti; una recopilación póstuma de los escritos sobre esta experiencia de Isaku Yanaihara; y nueve de las veintiséis cartas que recibió de Alberto Giacometti.

Una joya que acerca al lector a las tribulaciones del escultor y pintor suizo, que representó como nadie la soledad y el aislamiento del ser humano en el siglo XX.

Ser escultor, de Henry Moore

Prologados por su hija Mary, los cuatro textos que se recogen bajo el título Ser Escultor fueron escritos por Henry Moore entre 1930 y 1941 y son en realidad un manifiesto de artista.

En ellos encontrarás la importancia que Moore le da a trabajar la materia respetando su naturaleza, y su defensa a abrirse a otras tradiciones artísticas, particularmente al llamado «arte primitivo».

En algunos puntos polémicos, estos escritos revelan aspectos poco conocidos de su forma de trabajar, y cuales eran sus fuentes de inspiración. Textos claros y sencillos que son un lujo para todos los interesados en la escultura.

Henry Moore fue un escultor británico conocido por sus esculturas abstractas de bronce y mármol. Considerado por muchos como el más grande escultor desde Miguel Ángel Buonarroti, sus obras se exhiben en diversos lugares del mundo como obras de arte público.

El diario, de Frida Kahlo

El ensayo sobre Frida Kahlo escrito por la autora de esta publicación, Sara M. Lowe, que sigue a la apasionada y brillante introducción de Carlos Fuentes, comienza con una especie de «disculpa» por el atrevimiento de sacar a la luz lo más íntimo de Frida.

Leer el diario de Frida Kahlo es, incuestionablemente, un acto de transgresión, con cierto matiz voyeurista. Este documento constituye la expresión más íntima de los sentimientos de la artista, cuya intención no fue publicarlo. Por esta razón, cabe catalogarlo dentro del género del diario íntimo. Serie de anotaciones de carácter estrictamente personal realizadas por una mujer.

Sarah M. Lowe, escribió también los comentarios que preceden a las transcripciones de la, a veces, ilegible letra de Frida, deja en este ensayo un valioso acercamiento a la obra de la mexicana.

Subtitulado Un íntimo autorretrato, el trabajo se pasea por los pensamientos, sentimientos, observaciones y anotaciones de la artista, en los últimos diez años de su vida, y hace que el lector sienta que está entrando en un territorio prohibido e íntimo. El reino de Frida; profundo, a veces tierno, a veces oscuro, y siempre fascinante.

Y es verdad que se abren ventanas a lo más recóndito de su ser, pero ya las abrió ella deliberadamente en sus más de cincuenta autorretratos, en los que el arte occidental visualiza, por primera vez en su historia, abortos, partos, fetos. Dolores físicos y emocionales contra los que ella luchó como una fiera movida por sus infinitas ganas de vivir.

Hay unos cuantos temas recurrentes en este diario; sus ideas políticas, sus raíces prehispánicas, su enfermedad, sus abortos, sus sueños, y su amor; su devoción por Diego Rivera, a quien le dedica numerosas páginas, y está, de una manera o de otra, omnipresente en el diario.

Diego: Nada comparable a tus manos ni nada igual al oro-verde de tus ojos. Mi cuerpo se llena de ti por días y días. eres el espejo de la noche. la luz violenta del relámpago. la humedad de la tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio. mis yemas tocan tu sangre. Toda mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos.

El surrealista André Breton describió de forma certera el arte de Kahlo como «una bomba amarrada con listones». Y aunque el feminismo se arroga su figura, ella sólo defendió su libertad y su valor como mujer, pero no participó en las luchas de género. Su dolor por no ser madre, fue en realidad el de no darle un hijo a su hombre. En el corsé que la ataba y a la vez le daba libertad, pintó un feto y una hoz y un martillo. Así era Frida.

Para conocerla de verdad, además de acercarte a su pintura, lee este diario, descubrirás la fuerza enorme de una artista y una mujer única.

Cartas sobre el arte, de Marcel Duchamp

Las catorce cartas que componen este pequeño libro son fundamentales para entender el pensamiento de Duchamp y tener claro por qué marcó el rumbo posterior de la creación artística.

Marcel Duchamp fue uno de los artistas más influyentes del siglo XX, y una figura clave dentro del arte de las vanguardias. Su aportación más conocida el ready made: «un proceso que consiste en crear obras de arte a partir de objetos ya existentes, por el mero hecho de haber sido elegidos y titulados por el artista. Esta reacción contra el arte retiniano, esto es, el arte visual, por contraposición a un arte que se aprende desde la mente, constituye la base de la teoría artística de Duchamp»

«En una carta fechada el 17 de agosto de 1952 y dirigida a su cuñado Jean Crotti (1878-1958), pintor de vanguardia ansioso por reencontrar el recto camino de la modernidad o, cuanto menos, una explicación consoladora para el desafecto público, un Marcel Duchamp (1887-1968) ya añoso, pues contaba a la sazón 65 de edad, aunque 9 años más joven que su acomplejado corresponsal, tuvo a bien cantarle las cuarenta pequeñas verdades del arte contemporáneo, como sólo podía hacerlo él, sin duda, su mejor representante en el siglo XX.» Francisco Calvo Serraller.

Las ideas de Duchamp son esenciales para acercarse a multitud de artistas posteriores que conforman el enorme mosaico que es el arte contemporáneo.

Louise Bourgeois, de Jean Frémon

No soy lo que soy, sino lo que hago con mis manos

Louise Bourgeois fue una escultora esencial del siglo XX. La única mujer a la que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) le dedicó una retrospectiva. Nació en París pero se fue muy joven a EEUU y allí tuvo una larga y fructífera carrera, falleció con 98 años.

Popular por sus esculturas de arañas, que le valieron el apodo de «Mujer Araña», exploró prácticamente todas las vanguardias y movimientos artísticos del siglo. Fue siempre fiel a sí misma, nunca renunció al individualismo, la originalidad y la provocación, (en este artículo puedes acercarte a su provocativa imagen) que fueron sus señas de identidad.

Muy querida por los artistas jóvenes, con los que era muy generosa, fue también un espejo para las mujeres artistas, para las que representó siempre un modelo de fuerza y feminidad. Gran amiga de muchos de los grandes del siglo XX, entre ellos, Marcel Duchamp, Mark Rothko y John Cage, hizo siempre lo que quiso y como quiso.

Mujer Casa es una pequeña e interesante selección de notas sobre su trabajo. En ellas encontrarás conversaciones y visitas realizadas a la artista durante más de veinticinco años.

Joseph Beuys, de Clara Bodenmann Ritter

Y terminamos con una serie de conversaciones que Clara Bodenmann-Ritter mantuvo con Jopeph Beuys en su estudio durante un fin de semana. Transcritas tal cual sucedieron, son un testimonio fiel del transcurso de dos días en aquel estudio.

Beuys fue un héroe romántico, actualmente Joseph Beuys es una figura incuestionable, «un santo para la artificial comunidad artística de Occidente. Y como buen santo, cuenta con una hagiografía, mitad verdad, mitad leyenda».

Fue piloto nazi de la Lufwaffe. Sufrió un accidente de avión del que sobrevivió gracias a los cuidados de unos tártaros nómadas que lo salvaron cubriéndolo de grasa y fieltro. Esos materiales fueron recurrentes en su obra. Una obra que es una mezcla de escultura, instalación y acción, en la que el proceso es lo más interesante.

Para Beuys, la idea es más arte que el resultado. Como para Duchamp, para él el arte es un juego, pero también es la vida misma, la muerte, el cambio, lo efímero, lo inmortal, lo sencillo y lo complejo.

Artista conceptual, que puso patas arriba el concepto de arte, Beuys fue un artista complejo, que afirmaba que «todo ser humano es un artista y cada acción, una obra de arte».

Beuys es, en definitiva, una figura esencial para entender el arte conceptual.

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